2 de septiembre de 2012

Dirán que son imaginaciones mías. Lo serán. Pero es cierto que cuando llega septiembre todo cambia. ¿Que no es posible que las cosas de la naturaleza pasen con tanta precisión? Pues no será posible, pero pasan.
Ya son mañanas de nubes altas en el horizonte. Ya amanece con otro aroma, con otro ánimo. Ya se termina el odiado verano y el odiado calor. El año vuelve a ser amable.