19 de noviembre de 2015

Anotación de diario: 18/11/2015

Sigo leyendo Duino. Se trata de una poesía ardua, pero intuyo que sus secretos empiezan a revelárseme de alguna forma. Me doy cuenta de que cuando escribo me mimetizo con lo que estoy leyendo en ese momento; los versos que trato de componer últimamente se están vistiendo con ese tono entre místico y grandilocuente de los versos de Rilke. Prefería el tono más frío de los poemas escritos los últimos dos o tres meses, pero no consigo dar con quién influyó en ellos principalmente.


Leyendo los Diarios de Gil de Biedma, me llama la atención su manera de trabajar. Resulta que cosas que me suceden a mí y que me daba por pensar que no eran normales, sí lo son. Id est, anotar versos sueltos para ver dónde podrán cuadrar algún día. Dudar sobre lo que se ha escrito, incluso desechar versos y estrofas completas. Saber, de una manera intuitiva, cuál será la longitud aproximada del verso, o al menos ser consciente de cuándo aún no se ha terminado.

En lo que ando ahora es en el primero, «Aries», de una serie de 12 poemas titulados con los doce signos del zoodiaco. De cada uno de ellos, tomo a grandes rasgos el carácter simbólico que les otorga la astrología para que sirva de base temática a cada poema. De «Aries» llevo unos 40 versos, que han tomado un tono del que no estoy muy convencido. Comencé escribiéndolo muy impresionado por el poemario de Carmen, Amar la herida. Pero al simultanear esa lectura con la de Duino, los versos que me están saliendo pecan de un exceso de grandilocuencia. Creo que eso no será un problema si logro dar con una transición adecuada hacia un tono más personal y urbano. Además, voy extrayendo las imágenes más importantes para elaborar un glosario de leit motiven que sirva de hilo conductor en el resto de los poemas.

PROCEDE
si procede
de corrientes subterráneas, de los ríos subterráneos que cruzan galerías de diamantes,
de ahí tu alma tu existencia,
de la transparencia de la nada,
de las lenguas pegajosas,
planeando emerger a la luz,

urdiendo ser de luz.

18 de noviembre de 2015

Anotación de diario: 17/11/2015 23:50

Me propongo trabajar mucho más en mis lecturas y en mis textos, pero el tiempo parece ponerse en mi contra. No hacen más que surgir obligaciones por todas partes. Como el hecho de tener que sacar a pasear a mi perra Caffi; no es que no quiera subir con ella al parque para que corra, lo haría encantado si pudiera llevarme uno de los libros que estoy leyendo, pero hay que estar atentos a ella sin descanso, así que leer se manifiesta imposible -escribir no digamos-.

Soy incapaz de leer solo una cosa al tiempo, así que simultaneo varios libros. Ahora estoy releyendo las Elegías de Duino de Rilke (siempre tiendo a escribir Rielke), y en esta lectura estoy disfrutando mucho más que cuando las leí por primera vez hace unos cuatro años. También sigo con los Diarios de Gil de Biedma. Estoy leyendo a Paul Celan, aunque su lenguaje totalmente críptico y hermético se me está haciendo duro, aunque atractivo. Además, un ensayo titulado Cómo leer un poema de Terry Eagleton.

17 de noviembre de 2015

Anotación de diario: 17/11/2015

Los últimos días estoy leyendo los Diarios de Jaime Gil de Biedma y me están entrando unas tentaciones enormes de retomar yo mismo mi propio cuaderno, aquel de tapas rojas y flexibles, en el que anotaba cada vez en fechas más espaciadas. He revisado esos cuadernos y compruebo que apenas escribo nada en él desde hace unos 5 años, muy lejos de la casi obsesiva fruición con que fijaba todo lo que me sucedía durante los días del primer diario, allá por 1989. ¡Qué miedo! Da vértigo comprobar cómo el que se refleja en esas páginas ya no soy yo.

Por otro lado, llevo varios meses enfebrecido con la lectura de poesía. También con la escritura. Siempre me sucede igual, que leo y leo y siento la imperiosa necesidad de escribir. Aunque no tengo la menor idea de cómo lo estoy haciendo. Apenas conozco a nadie que también sea lector de poesía y que me pueda dar una opinión formada sobre mis versos.

Me faltan las ideas y me faltan, sobre todo, las palabras.