28 de junio de 2008

Mi cocina

Cannella, de La zuccheria, me ha sugerido enlazar fotos de mi humilde cocina al meme sobre las mismas, así que me he ido para allá, cámara en ristre, a hacer lo que podía (suerte que he limpiado esta misma mañana). Me da un poco de vergüenza, después de ver las cocinas de los demás blogs, pero allá van:


La cocina quedó abierta al salón, después de tirar paredes y alargar tabiques. Pensaba que la casa se llenaría de olores, pero con el pedazo ventanal que hay a la derecha, y la campana extractora, na de na.



La cocina originalmente tenía una columna en la que había una nevera. Pero digo yo que sería de liliputienses o de gente frugal, porque a mí me hacía falta una nevera mucho más alta de lo que cabía ahí. Así que apañé unas bladas para los hornos, y la nevera la dejé fuera, ahí escondida tras el frondoso coco del Brasil.


La encimera que me encontré es pequeña (por cierto, la piedra me la colocaron en día antes justo de irme a vivir ahí; ¡benditas marmoleras de Novelda!). Ahí están las dos únicas máquina de cocina, junto con la batidora Taurus, que está escondida, la pobre. Cafetera y tostadora. Para todo lo demás tengo un par de fuertes brazos, que desde que dejé el gimnasio hacen el hummus más bien durillo.



A la izquierda de la vitro, la humilde colección de especias frecuentes (pimienta, ajo, provenzales, comino, orégano...), vinagre, aceite y sal (con cucharilla, que queda más chic).


Aunque resulte difícil de creer, el único mueble de IKEA que hay en mi cocina es este carrito. Es que cuando fui a ese gran sitio de "volverte-loco-a-comprar-te-lo-juro", lo vi ahí tan solito, mirándome con esas venitas, que no pensé dos veces en llevármelo a casa. Y encima me sirve para embutir cacharros debajo.


Este.... ESTO es un mortero de alabastro. Recuerdo de niño que estaba siempre en un rincón en casa de mi abuela, y que siempre me había gustado. Para machacar es un poco coñazo, la verdad, pero es lo único que conseguí traerme conmigo al repartir cosas de la buena de doña Benita. De hecho, fue lo único que me empeñé en coger para mí.


Cannella, ésta es la pasatta. Sé que las fotos son malísimas, pero creo que se aprecia el color. Y huele muy bien. La próxima invito a mi hermana, que es fotógrafo, y me hago un pedazo publirreportaje.

Besicos patós.

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28/09/08 - Edito para dar publicidad a mi blog de cocina www.lafiambrera.es