19 de abril de 2012

EL REY SE PONE SU TRAJE

Hace un par de días que me pregunto de qué trata todo este revuelo. Juan Carlos Borbón pidió disculpas por... en realidad no dijo por qué las pedía. ¿Por matar elefantes? ¿Por irse de safari en un momento de crisis económica? ¿Por insistir en llevar una vida privada sin dar cuenta de ella al gobierno de la nación? ¿Porque empieza a decirse en voz alta que tiene más amantes que zapatos su señora esposa? ¿Por no jubilarse a pesar de que ya ha pasado la edad legal para ello?

La caza de elefantes en Botswana es una práctica legal y beneficiosa, al parecer, para el tejido económico de aquel país. De modo que sus disculpas en ese sentido únicamente irían dirigidas a quienes se sientan ofendidos por la práctica cinegética de especies de gran tamaño.Que le retiren si eso la presidencia honorífica de WWF, por incoherente e hipócrita.

Según parece ahora, el viaje no fue pagado del bolsillo del Sr. Borbón (no olvidemos que aunque su salario proceda de los PGE, en realidad los puede administrar como le venga en gana). Ahora ha aparecido un señor con nombre árabe que le habría invitado al viaje. No me voy a meter en el jardín del tráfico de influencias y del sobadísimo asunto del cohecho propio o impropio.

Aunque nos quieran engañar como a críos, es más que evidente que el gobierno no tenía la menor idea de dónde estaba la primera figura decorativa del Estado. No termino de tener claro que este señor tenga asumido que él carece de vida privada. Desde el momento en que se le conceden privilegios y lo conviertan en la más patente excepción implícita a muchas normas de la constitución de 1978, Juan Carlos Borbón Borbón deja de tener derecho a tener una vida privada. Si no quería esto, que no se hubiera metido, como en Gran Hermano.

Como el tema de las amantes. La vida privada de cualquier cargo público no debería interesarle a absolutamente a nadie. Pero volviendo al tema de las excepciones, este señor, que no puede ser juzgado, que no necesita declarar públicamente sus gastos, etcétera, tiene que pagar el precio de ser absoluta e indudablemente intachable. Su único papel es estar limpio y parecerlo, y si no lo está, a la calle. No soporto las sonrisas condescendientes con las supuestas debilidades de este señor. «Es que los Borbones son así, ya se sabe». ¡Pues que no lo sean! ¿Tenemos que soportar actitudes de señorito de principios del siglo XX? El irse de putas se le podría disculpar a su abuelo hace 70 años, a él ya no, que los tiempos avanzan, aunque algunos no quieran.

Me vienen algunos diciendo que el cargo fue refrendado por el referéndum de la constitución en 1978, que su cargo es totalmente legítimo porque así se quiso en su momento... No lo niego; pero me gustaría saber cuántas de las personas que votaron a favor de la constitución siguen vivas y me gustaría saber qué porcentaje de la población actual representa. En algún lugar íntimo siento que esa constitución votada cuando yo tenía siete años pues no me representa. Y por lo tanto, siento que Juan Carlos Borbón, en cuya elección como jefe vitalicio del Estado no pude participar, no me representa. Igual ha llegado la hora de que volvamos a decidir qué modelo de estado queremos. Y si en esas tiene que despedirse al Borbón, pues que se vaya.