30 de enero de 2008

Desde la ventana

Desde la ventana frente a la que escribo sólo veo un patio de vecinos. Ropa colgada, paredes blancas (de pintura, no encalada), cuerdas de tendedero vacías. Es mi ventana, por fin es mi ventana. Y sin embargo no la siento aún mía. Es difícil asumir los cambios, pero lo conseguiré; al fin y al cabo, estar vivo es experimentar cambios de todo tipo.

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